Siempre ligada a la actividad física, desde muy pequeña practicaba junto a su padre mountain bike y trote. La pedagoga en educación física, personal trainer, y madre de tres niños de cuatro y dos años, llegó hasta el mundial de triatlón Ironman Sudáfrica como parte de una serie de desafíos personales que marcaron etapas cruciales en su vida.
“Después de que tuve mis mellizos, sentí la necesidad de encontrar algo que me hiciera salir de la rutina de la casa, algo que me complicara, que me sacara de mi zona de confort, así que me metí a clases de natación para mejorar mi estado físico, distraerme, y conectarme conmigo misma”, relata Kristel Hornauer. 6 meses después, ya agregaba otro reto a su vida, cuando se acercaba la fecha de su cumpleaños número 30. “Me dije a mi misma, ‘quiero hacer algo que marque mis 30 años y que sea meritorio’, así que me inscribí en el Ironman de Pucón que se hizo en enero de 2018, y estuve todo el año pasado entrenando para esta carrera. Así retomé el trote y bicicleta que ya manejaba desde chica”.
Calentando motores para la contienda en Pucón, Hornauer inició su camino en el triatlón participando en carreras como el Trichallenge Pichindagui, la triatlón de Zapallar y el Medio Ironman -carreras de triatlón de media distancia- de Lima. Sin saberlo, las fechas que la alistaban para su gran desafío, le traerían una sorpresa de calibre mundial. “Dos semanas después de haber hecho Perú, me llegó la excelente noticia, había recibido una invitación para ir al Mundial de Medio Ironman en Sudáfrica, al World Championship. Fue una oportunidad única e increíble, porque para llegar allá tienes que haber ganado carreras y haber clasificado saliendo en primeros lugares de tu categoría, por lo tanto esta invitación que hizo una fundación que se llama “Women for Tri”, fue una tremenda oportunidad”.
El recién pasado miércoles llegó desde el continente africano a la Ciudad Jardín siendo finalista de la instancia que albergó a 4.500 competidoras y competidores de todos los rincones del mundo. “El ser finalista es muy emocionante, porque estás compitiendo con las mejores del mundo, el nivel es muy elevado, entonces como que es más meritorio, además fue una carrera muy dura, porque nos tocó mucho viento, sobre todo en la parte de la bicicleta”, relata.
La deportista destaca que si bien la disciplina es parte de su vida, sería incompatible con ella dedicarse a tiempo completo. “Yo soy una persona amatéur que hace triatlón no porque sea el único objetivo de mi vida, sino que porque es parte de ella. Es un hobby que me apasiona, me entretiene y me da muchas satisfacciones. Me obliga a ponerme objetivos para llegar a esa meta que siento que inculca valores, que puede ser un buen ejemplo para mis hijos, y una inspiración para otras personas”, admite.
Kristel disfruta del triatlón como disfruta de su familia y su trabajo. Tres veces por semana cuando el reloj marca las 6.15 a.m, ya está en el agua haciendo natación. Los dos días restantes practica trote, y por lo general, durante el fin de semana pedalea unas tres horas. “Tricostas” es el nombre del club donde ella entrena y además preside. “Es una responsabilidad más pero me encanta ver que hay muchas personas que están en la misma que yo, que salimos a pedalear y disfrutamos, que vibramos por este deporte, que nos encanta esa sensación de que se viene una competencia, de tener que entrenar”.
Mucha gente le pregunta “cómo lo hace” si tiene hijos, una casa que llevar y un trabajo como personal trainer en su centro Fit Haus ubicado en Reñaca. Su respuesta refleja el ‘power’ que la viñamarina le pone a sus días; “uno con ganas lo logra, querer es poder, no existen límites y para lo que tú te propones, siempre vas a poder hacerte el tiempo. Hay muchas veces que me encantaría entrenar más, pero no se puede, y da lo mismo, porque no es que quiera entrenar para competir ni ganarle al otro, sino que yo cada vez me quiero ganar a mí misma y a lo que yo soy capaz de hacer”, enuncia.
La súper mamá de tres pequeños niños cuenta que a su corta edad, sus hijos todavía no entienden qué es el triatlón. “A mi hija que ya tiene cuatro años, ya le trato de explicar lo que tengo que hacer. Cuando me ha tocado salir a competencia, estoy como cuatro días fuera de la casa, pregunta a qué voy, y le digo ‘¿te acuerdas que Dora va y tiene que ir cumpliendo metas para agarrar medallas?, bueno yo lo mismo, me encomendaron la misión de que tengo que traer una medalla nueva a la casa, y para eso voy a tener que nadar, andar en bicicleta, y correr, y cuando termine de hacer todas esas cosas y cruce por la meta, me voy a ganar la medalla’ “, se ríe.
En miras al futuro, Kristel comenta que le gustaría cumplir con su actual objetivo que es hacer Medio Ironman al año en otros países. “Creo que es una excelente manera de poder compatibilizar deporte y turismo, es una buena opción para ir a conocer lugares, porque nadas 1.900 metros, después pedaleas 90 kilómetros, entonces vas 45 kilómetros conociendo lugares ida, y 45 de vuelta. Después te toca trotar 21 kilómetros, entonces creo que es un buen motivo también para compatibilizar vacaciones y hobby”.
A corto plazo, la deportista se encargará de recuperarse de la lesión que lleva en su hombro por más de un mes y que la ha imposibilitado entrenar a su ritmo. Además, comenzará su preparación para la nueva edición de Ironman Pucón. “Siempre cruzar la meta es una satisfacción tremenda, en el fondo ese es el objetivo, da lo mismo el lugar que saques, lo importante es cruzar la meta y decir ‘lo hice, lo logré’ “, son las sabias palabras que la acompañarán durante sus entrenamientos.
Siempre cruzar la meta es una satisfacción tremenda, en el fondo ese es el objetivo, da lo mismo el lugar que saques, lo importante es cruzar la meta y decir ‘lo hice, lo logré’.
Relato desarrollado por Camila Rojas – Diario La Estrella de Valparaíso.
